✍️: Juan Pablo Aranda D.
El aroma a tamales y a atole se adueña de las calles de México para celebrar el Día de la Candelaria
¿Listo para un plato de tamales? Después de la algarabía de los Reyes Magos, la tradición continúa el 2 de febrero, Día de la Candelaria, la fecha en la que quienes sacaron el muñequito en la rosca de Reyes cumplen con el compromiso de invitar a todos a comer tamales y tomar atole.
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“Al que nace pa´ tamal, del cielo le caen las hojas”
En cada bocado, los tamales nos llevan por una historia donde el maíz es el protagonista. “Desde el grano hasta” las hojas, nada se desperdicia en su elaboración, reflejando la sabiduría de aprovechar cada recurso. La hoja de maíz, cuidadosamente separada y secada, se convierte en el envoltorio perfecto para estos manjares.
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El Día de la Candelaria fusiona lo religioso con lo prehispánico, pues los tamales representaban una ofrenda para los dioses, tal como documentó Bernardino de Sahagún. Ahora, los tamales, ya sean los tradicionales de salsa verde, mole, dulce, o rajas, hasta los más audaces de chocolate, piña o incluso chapulines, se convierten en la expresión culinaria de esta rica unión.
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Cabe mencionar que México es el octavo productor mundial de maíz, y en esta festividad encuentra la oportunidad perfecta para destacar la importancia de este cultivo. Estados como Sinaloa, Jalisco y Michoacán lideran la producción anual, contribuyendo a la identidad agrícola del país.
“Por las hojas se conoce el tamal que es de manteca”
El 2 de febrero, más que pagar nuestra deuda de tamales, se celebra una tradición gastronómica donde el sabor y la autenticidad relucen. La inmensa variedad de sabor, forma y estilo de tamales, nos recuerdan que la verdadera esencia de México se encuentra en la mesa de cada familia, donde la alegría se comparte en cada bocado.
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