La complejidad de la cocina española y el toque especial del chef Cesc Durán harán de Gaudir tu nuevo restaurante favorito
Relajado, sin pretensiones y auténtico en todo el sentido de la palabra, es como podría definir a Gaudir, un restaurante que conquista desde el primer momento con su ambiente tipo taberna del siglo XXI, con la madera presente en su barra, pisos y mobiliario. Además, al estar en un segundo piso hace el el ruido que usualmente percibimos a pie de calle desaparezca por completo.
Este proyecto liderado en la parte culinaria por el chef catalán Cesc Durán, quien ha trabajado en distintos restaurantes con estrellas Michelin, y la hospitalidad de la mexicana Gabriela Flores quien también posee una trayectoria impecable, ha hecho que este lugar -ubicado en la Anzures- se vuelva una experiencia apapachadora de principio a fin.
El significado de Gaudir recuerda al dicho popular: “En el pecado lleva la penitencia”, pues esta palabra catalana que quiere decir “disfrutar”, es lo que se vive con la cocina de Durán, puro goce y disfrute.
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Para abrir boca, nada como un Vermouth acompañado de unas papas bravas pochadas con alioli y salsa brava, así como las croquetas de jamón ibérico con panko. Los sabores contundentes y el juego de texturas en el paladar, fue la mejor carta de presentación. Aunque mención aparte merece la hermosa vajilla española Pura Sangre, que logra embellecer todavía más los platillos de Gaudir.
Continúe con el steak tartar de lomo de caña marinado con tres tipos de mostaza y cebolla encurtida presentado en una vajilla dramática de color blanco, a lado, aparecieron los mil hojas de papa en miniatura y la copa de vino tinto. La frescura y sedosidad del tartar creó un contraste delicioso con el crocante del mil hojas de papa, dejando ver el cuidado en cada detalle.
Mientras esperaba el siguiente tiempo, el chef Durán me explicó que en Gaudir lo que se busca es mostrar una cocina honesta, sin pretensiones, en donde los comensales puedan saborear platillos redondos y que los puedan entender desde que llegan a la mesa; además, a pesar de que la esencia de la propuesta es cocina española mediterránea, utilizan productos mexicanos para su elaboración, uniendo nuevamente a estos dos países con un pasado culinario particular.
La plática siguió, hasta que de pronto una paellera de gran tamaño hizo acto de presencia, pero en realidad no fue tanto el impacto de la dimensión del plato como sus aromas… Una parte dulce, otra especiada, y una más intensa gracias al magret de pato.
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En este plato, es en donde me parece que se refleja muy bien la propuesta de Gaudir, pues toman un elemento tan sagrado para aquel país como lo es el arroz y lo combinan con pato en distintas presentaciones -magret y foie gras-, salsa Hoisin, fondo hecho con las carcasas y los huesos del pato, champiñones y naranja, para hacerlo suyo y otorgarle ese toque de autor del chef Cesc Durán, quien me recomendó maridarlo con un cava y solo puedo decir que fue estupendo.
Como si la experiencia anterior no hubiera sido icónica, los últimos dos platos fuertes tenían esa sutileza y contundencia de una gran cocina. Por un lado, estuvo el solomillo de res con parmentier de papa, salsa de oporto y foie gras que se deshacía en la boca; por el otro, estuvo el delicioso canelón de rabo de toro bañado en salsa bechamel con romero y aceite de trufa.
Por supuesto, el postre no podía faltar, en este caso, una crema catalana estilo Gaudir: espuma de crema catalana, helado de flan, jalea de limón y crumble de mantequilla maridado con Morenita Cream, un jerez que terminó por redondear el dulce final y me recordó las palabras del chef Durán: “somos una cocina honesta, quiero intentar dar a conocer mi gastronomía hecha con productos mexicanos y españoles; jugar con el restaurante sabiendo que lo que hacemos es con estructura”.
Gaudir
📍Bahía Guantámano 83, Verónica Anzures, CDMX.
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