Actualmente, Ruffino cuenta con 550 hectáreas, suficientes para ofrecer los 25 millones de botellas que alcanza su producción, pero no podría haber llegado a estos números sin una calidad constante y solidez en cada una de las etiquetas que su portafolio ofrece a entusiastas y conocedores del vino en todo el mundo.
Hace más de 140 años, los primos Ilario y Leopoldo Ruffino fundaron una bodega familiar, con el ímpetu de crear vinos de alta calidad y una intuición para los negocios sobresaliente: su objetivo era no solo crear grandes vinos, sino también que llegaran lo más lejos posible.
Una historia de, intuición, evolución y resiliencia
Se constituyeron en Pontassieve, muy cerca de Florencia y de uno de los primeros ferrocarriles italianos, con lo que lograron cruzar la frontera del país a los pocos años y conseguir reconocimientos internacionales a la brevedad, como la Medalla de Oro de Burdeos en 1895.
Para 1913, con la compra de la bodega por la familia Folonari, se logró proyectar más la propuesta de Ruffino al mundo, a pesar de los difíciles años de la Primera Guerra Mundial. En 1927 se creó la primera Riserva Ducale, un homenaje al duque de Aosta y pocos años después se celebraría el nacimiento de Chianti y Chianti Classico, quienes siguieron sumando al prestigio de la vinícola.
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“Ruffino nació con una gran intuición de los primos Ilario y Leopoldo; elaborando vino para el comercio minorista sin descuidar el sueño de venderlo más allá de las fronteras toscanas. Ahora puede parecer trivial, pero en ese momento era muy complicado de lograr. Innovaron en utilizar los mejores envases posibles, aprovechar las ventajas del vidrio soplado, y protegerlo con paja para que lograra el largo viaje a bordo de los transatlánticos”, comparte Francesco Sorelli, Brand Experience y Director de Comunicación de la empresa.
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Con un enorme espíritu resiliente, en 1947 se lanza el Riserva Ducale Oro, un vino que celebraba el fin de la Segunda Guerra Mundial y la sobrevivencia de la empresa a este terrible pasaje histórico. A partir de esto, la vinícola siguió un ascendente crecimiento, con nuevas adquisiciones, tanto en Chianti, como en Montepulciano y Montalcino.
Hace 10 años, la empresa pasó a formar parte del gran grupo Constellation, quienes se enfocaron en dos objetivos: mantener el carácter italiano en cada botella y acercar los vinos Ruffino a más rincones del mundo. Ambos objetivos perduran a la fecha.
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Ruffino fue la primera empresa europea en vender en Estados Unidos y por décadas fueron la representación de los vinos italianos en América.
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Ruffino, el espíritu de la toscana en cualquier región del mundo
Para la empresa nacida en la Toscana, el vino siempre ha tenido un significado de inclusividad, y forma parte de una mesa bellamente puesta en una tarde soleada, símbolo de unidad para la cultura italiana.
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No es casualidad —afirma Sorelli— que el eslogan de la empresa sea “Vivere di Gusto”, que significa vivir con gusto, formando atmósferas mágicas para la convivencia.
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Siendo pioneros en diversas técnicas, la sustentabilidad ha sido una de las que están más orgullosos, pues las prácticas orgánicas son ya comunes en diversas parcelas y cuentan con un programa de conversión a orgánico de diez años.
Actualmente cuentan con tres vinos con certificación orgánica, un Prosecco Doc, un Chianti y un Pinot Grigio, Ed. Además, la sostenibilidad ambiental prácticas la acompañan de un proyecto de consumo responsable y la iniciativa Giving Back, una rama de sostenibilidad que no solo protege el medio ambiente, sino también la sociedad en la que vivimos.
Las etiquetas Ruffino y su diversificación
Francesco Sorelli destaca tres etiquetas imperdibles, que resumen muy bien la visión de Ruffino:
“El primero es sin duda la Riserva Ducale (premiada recientemente con la distinción Tre Bicchieri por la Guía Vini d Italia). Es el vino en torno al cual se construyó el nombre de Ruffino, tiene una raíz sólida e inquebrantable y es el infaltable en la mesa para acompañar carnes. Un vino “rudo” pero muy sincero y auténtico. El segundo es Modus, una mezcla de Sangiovese, Merlot y Cabernet que representa la forma de riqueza a través de la diversidad. Es un vino muy agradable, que destaca en el exterior, apreciado por la crítica y los mercados. Muestra cómo dos grandes variedades internacionales pueden agregar valor a la uva toscana por excelencia, Sangiovese. El último vino es también el último en nacer. Es una rosa llamada Aqua di Venus mezcla de syrah, sangiovese y pinot grigio que en el nombre sugiere su predilección por el mundo femenino. Nació en mayo de 2020, en plena pandemia, y es el emblema de una gran empresa, que hace investigación y comercialización para concebir un vino que trae consigo toda la experimentación de una empresa histórica, ahora apoyada de un gran grupo internacional.”
Experimenta la Toscana con Ruffino
Cerca de Florencia, donde la tierra y el cielo parecen infinitos, Ruffino abrió las puertas de la villa renacentista de Tenuta Poggio Casciano: una experiencia inolvidable llena de delicias gastronómicas bajo una pérgola cubierta de flores. Visitas y degustaciones a la histórica bodega, piscina y los mejores atardeceres de Europa están incluidos.
Le Tre Rane es la posada desde la que Ruffino ofrece una cocina respetuosa con las temporalidades de cada ingrediente y su procedencia local. Cuenta con dos comedores interiores y una terraza con vista directa a los viñedos. Ofrece amplias habitaciones en su planta baja y un amplio jardín para ceremonias y eventos sociales.
El agriresort Poggio Casciano agrega siete lujosas habitaciones a la experiencia, equipadas y amuebladas con toda comodidad y majestuosas vistas del viñedo, el jardín italiano y la campiña toscana. El vino y los alimentos locales están a la orden para disfrutarlos a toda hora, en cualquier lugar del espacio, logrando el ambiente de una finca, pero con alto grado de hospit
alidad.
Ya sea que puedas disfrutar de la toscana en persona, como destapando un Ruffino en cualquier parte del mundo en el que te encuentres, ¡la experiencia será la misma!
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