¿Sabías que el té es una bebida tan compleja como el vino? Una cata de té permite conocer más de lo que bebemos, acá te decimos los pasos para hacerlo
Al igual que la cata de vinos, analizar las particularidades organolépticas del té requiere de una aguda percepción sensorial para apreciar plenamente las sutilezas de esta bebida, pero hacerlo permite disfrutar de una manera distinta los diferentes estilos de té.
Una cata es un proceso estructurado en el cual se degusta un producto con el objetivo de analizar sus características y calidad. Por ello, durante una sesión de cata de té, se evalúan aspectos como el aroma, el sabor, el color y la textura. Este ejercicio ayuda a distinguir entre las variedades y orígenes de la infusión, permitiendo una apreciación más profunda y refinada de esta bebida.
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Si te interesa vivir la experiencia, comienza por identificar la planta Camellia sinensis, de la que proviene la infusión que se bebe. No, no todas las bebidas calientes son té, pero todos los estilos de té provienen de esta planta. Lo que cambiará las notas aromáticas, el color y el sabor es el proceso de secado, aunque generalmente identificamos el té blanco, verde, negro, y Oolong.
Pasos para la cata
Una vez que hemos planeado el tipo de cata (vertical, horizontal o de alguna temática) podemos dividir la cata similar a las que se realizan con vino.
- Preparación del té: Dependiendo del té que se catará, la temperatura de infusión variará. Procura tener un termómetro a la mano y una báscula para contar con la misma proporción de hojas y agua para asegurar condiciones de comparación justas.
- Observación visual: Antes de probar, se observa el color de las hojas secas y el líquido del té para conocer más sobre el estilo de la bebida, identificando ribete, claridad y tono.
- Aroma: Se huele tanto las hojas secas como el té preparado. El aroma puede revelar muchas de las notas complejas presentes.
- Degustación: Se toma un sorbo del té, permitiendo que el líquido pase por toda la boca para captar todos los sabores. En algunos casos, se sorbe el té para oxigenarlo, lo que puede ayudar a liberar más aromas y sabores.
- Evaluación de textura: Se siente la textura del té en la boca. Algunos tés pueden ser más astringentes, mientras que otros pueden tener una sensación más suave o sedosa.
La cata puede evidenciar una amplia variedad de notas de sabor frutales, verbales, terrosas, especiadas, minerales, ahumadas y hasta fermentadas dependiendo del secado del té y el proceso que ha llevado.
Si quieres aprender más sobre este proceso, puedes visitar casas de té en las que realizan estas experiencias, aquí te dejamos las mejores.
Al igual que en el vino, hacer este ejercicio nos permite aprender más sobre los diferentes tipos de té y sus características, permite a los productores evaluar la calidad de sus productos, fomenta una mayor apreciación por la cultura de este producto, y conecta a los amantes de esta bebida.
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