En el corazón de los Balcanes, Albania emerge como un tesoro vinícola por descubrir. Con una tradición de viticultura que se remonta a la antigüedad, este país ha estado elaborando vinos únicos y auténticos durante siglos.
Recientemente, Albania logró un hito significativo al convertirse en el 50° estado miembro de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), abriendo nuevas puertas para su vino en el escenario global.
Vinos por descubrir
La viticultura en Albania tiene profundas raíces históricas, con la producción de vino que se extiende a la época romana. A pesar de su rica herencia vinícola, el vino albanés ha permanecido en gran parte desconocido para el mundo exterior debido a las circunstancias históricas y políticas. Sin embargo, la calidad de los vinos de Albania no ha pasado desapercibida para los conocedores locales y los enólogos internacionales.
El año pasado, el país contaba con más de 10,000 hectáreas plantadas, tomando el puesto número 41 en cuanto a productores del mundo.
Los viñedos albaneses se extienden por colinas y costas, ofreciendo un entorno diverso para una amplia gama de variedades de uva autóctonas. Las variedades como Kallmet, Shesh y Vlosh son algunas de las joyas vinícolas que han prosperado en este terroir único. Las prácticas de cultivo tradicionales, incluida la fermentación en ánforas de terracota, también han contribuido a la singularidad de los vinos albaneses.
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Una oportunidad única
La OIV es una organización intergubernamental con sede en Dijon que promueve la cooperación internacional en el campo de la viticultura y la enología. Por ello, la incorporación de Albania trae consigo la promesa de una mayor visibilidad en el escenario vinícola global. Con una herencia vinícola rica y un compromiso con la calidad, los vinos albaneses están listos para conquistar los paladares de los amantes del vino de todo el mundo.
Actualmente, Albania tiene la oportunidad de compartir su patrimonio vinícola, aprender de otras naciones vinícolas y establecer estándares globales para la producción y comercialización del vino.
Esta inclusión no solo celebra la herencia vinícola de Albania, sino que también destaca su potencial para convertirse en un jugador significativo en el mundo del vino.
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