La biodinámica es una parte de la agronomía que utiliza únicamente elementos orgánicos para restituirle al viñedo lo que ha perdido con el paso de los años de cultivo. En ella entran en juego tres factores elementales.
El primero es la exposición del cultivo al macrocosmos como los planetas, las posiciones que ocupan durante el año, las constelaciones y su ubicación durante el cultivo, y está la luna, con su efecto sobre los líquidos, mismo que regula el flujo y crecimiento.
Después están los preparados biodinámicos que se aplican al campo, como Rudolf Steiner los introdujo a principios del siglo XX, dividiéndolos en “preparados” y asignando un número a cada uno de ellos. Por ejemplo, los 500-508, entre los que tenemos dos básicos que se aplican a campo, 500 y 501: estiércol de cuerno y de sílice. Después tenemos los de compost (502 al 507), entre los que están milenrama, manzanilla, ortiga, corteza de roble, diente de león, y valeriana, además del 508, cola de caballo.
Finalmente intervienen los animales e insectos que interactúan con la agricultura biodinámica. Todos ellos deben recibir un trato respetuoso. El ganado promueve el crecimiento de las raíces a través del pastoreo libre, así como reintegra minerales al suelo, mismos que sirven a insectos y pájaros para sustento, equilibrando con plantas que transforman esos minerales y forman un balance en el campo.
La participación de los animales
Los animales son parte integral de un ecosistema agrícola saludable, cada uno con necesidades diferentes, con pastos y espacios distintos: tenemos a las gallinas, las vacas, las ovejas, los cerdos, los pavos, los patos, los burros y las cabras, quienes pueden visitar varias franjas en diferentes épocas del año.
El control de matorrales y malezas en los bordes del viñedo lo hacen las cabras. Las gallinas se utilizan en el control de insectos y plagas, al tiempo que se aprovechan sus huevos para consumo orgánico. Los pollos se utilizan para eliminar deshechos de alimentos y proveen de carne. Las ovejas, además de hacer mantenimiento de los pastos en el viñedo, otorgan estiércol de composición y temperatura diferente para poder ser utilizado en momentos del cultivo dando fertilidad, además de aportar lana.
Vinos naturales, más vivos que nunca
Por su parte, los patos nos ayudan al control de babosas en el viñedo, a la vez que dan huevos frescos, mientras que los gansos son individuos territoriales que ayudan con el control de intrusos. En cuanto a los burros y caballos, ayudan en la labor diaria del viñedo y los perros otorgan cuidado, compañía y amistad en el campo.
Existe un detalle más de gran importancia en la biodinámica que implica directamente a las plantas: ellas aportan al suelo nutrientes y elementos minerales que pierden con la producción agrícola, así como los insectos que ayudan a controlar plagas de otros insectos. También intervienen los controles de población que pueden estar dentro de nuestros viñedos como grillos, topos y demás individuos que viven libremente en el campo, pero que tenemos que mantener controlados para evitar que crezcan demasiado; para ello aves rapaces como águilas y búhos son magníficas. Además de tener algún refugio para murciélagos y control nocturno de insectos.
Regreso a nuestros orígenes
Como pueden ver, la biodinámica es toda una cultura agrícola que ya se practicaba desde hace miles de años sin conocer sus beneficios, pero que siempre ha demostrado aportar a la calidad. Esta cultura se perdió en los años 80 con la producción masiva y sobreexplotación, y fue así que empezaron a integrarse químicos que mataban la microbiota existente en el suelo, misma que da sustento a toda la macrobiota que vive sobre él.
Recobrar la cultura orgánica y biodinámica nos ayuda a integrar mejor a todos los participantes en el campo y generar el equilibrio que necesitamos para sobrevivir y dar mejores productos.
Un abrazo de Jesús.
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