Milano, la capital de la moda… ¡y del vino!
El pasado mes de octubre tuvo lugar la quinta edición de Milano Wine Week, un festival dedicado a conquistar el corazón de los amantes del vino, desde los más jóvenes y apasionados, hasta expertos y profesionales de la industria quienes, durante nueve días, se reunieron para celebrar su gran amor por esta bebida.
Gracias al apoyo de Italian Trade Agency y distintas instituciones italianas, delegaciones de expertos de todo el mundo se unieron a esta celebración para gozar de sus actividades.
Más de 260 eventos integraron la semana del vino en Milán, con un desplegado de actividades diseñadas para todos los públicos, no sólo dentro del cuadro principal de la ciudad, donde el Palazzo Bovara fue el punto de encuentro más importante , sino en seis distritos diferentes, en donde cada Denominación de Origen ofreció eventos especiales para enaltecer la cultura de la región. Entre los más interesante destacaron los walk-around tastings, conferencias, aperitivos, cenas con productores, visitas a viñedos, master classes e incluso, una cata de vinos originarios de Franciacorta, impartida en un turibús mientras se recorría el cuadro histórico de la ciudad.
Vinos de todas las regiones en un solo lugar
La Enoteca es, sin duda, una de las instalaciones consentidas de Milano Wine Week. Ubicada en el patio del Palazzo Serbelloni, los asistentes encontraron en este sitio una colección conformada por vinos de todas las regiones y rangos de producción, donde expertos y sommeliers impulsaron a descubrir nuevas etiquetas y productos emergentes para que los compradores pudieran llevar verdaderas joyas a casa.
Luego de una pausa obligada por pandemia, ésta ha sido una de las experiencias más gratificantes en la historia de Milano Wine Week, pues en ella se presentaron más de 700 bodegas de vino y miles de etiquetas, con una participación muy importante de jóvenes entusiastas y deseosos de aprender de esta cultura. La clave consistió en diseñar experiencias novedosas e inversivas que lograron atraer nuevos públicos, como conciertos a la luz de las velas, maridajes especiales en restaurantes por toda la ciudad, así como catas abiertas al público, con botellas seleccionadas en las tiendas Carrefour, uno de los patrocinadores del festival.
Por último, Wine List se coronó como la joya de corona. Se trató de un walk-around tasting de marcas exclusivas, curado por los 21 líderes de la escena gastronómica de Milán que sorprendió por su altísima calidad.
Sin lugar a dudas, esta semana pasará a la historia como uno de los esfuerzos más fructíferos para impulsar el consumo responsable de vino en Milán. Sería maravilloso contar con experiencias así de enriquecedoras en cada una de las zonas productoras en México.
Pero mientras tanto, estaremos deseosos de volver Milano Wine Week a Italia para disfrutar una edición más de MWW.
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