De pronto, hace un par de semanas, todas las redes sociales se inundaron de posts preciosos de un nuevo lugar en la Condesa… y teníamos que averiguar la razón.
Así encontramos a Botánico, un restaurante establecido en la antigua casa de un cineasta mexicano que pronto adoptó el título del hot spot del verano. Alejandra Navarro y Ernesto Hernández, ambos con escuela en Quintonil, son los jóvenes cocineros que dirigen este casual dining: un menú de alta calidad, reconfortante y muy, muy rico.
A simple vista podría parecer que la carta va de vegetales, plantas y flores, pero la realidad es que además de integrarlos de maravilla, va muchísimo más lejos.
Su filosofía responde a un tipo de cocina muy bien ejecutada, elaborada a partir de ingredientes seleccionados con extremo cuidado y un montaje impecable -que hace salivar en segundos-, presentado en un ambiente fresco, sin demasiado protocolo, en donde lo importante es comer apapachado. Su nombre proviene de su imponente jardín botánico, que entre sus habitantes alberga algunas especies de cactus originarios de Sonora con más de 50 años de edad, en donde se encuentra un pequeño estanque, hogar de peces japoneses y ajolotes que forman parte de un programa de conservación.
Otro de los grandes aciertos de Botánico es Acapulco, el bar que rinde honores a la época dorada del puerto consentido de los capitalinos. Para explicar el nivel de su coctelería, sólo hace falta mencionar al argentino Tato Giovannoni e invitarte a descubrir lo que este spot resguarda en el piso superior; como pista, pregunta por Boca Seca y deja que Mafer, su head bartender, te consienta.
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Botánico
Alfonso Reyes 217, Col. Condesa, CDMX Ig: @botanicomx
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