📸: Nizaguiee Hidalgo
Acompáñanos a platicar con Paul Hobbs, el enólogo que impulsó la icónica uva Malbec en Argentina, sobre su historia en el mundo del vino y sus vinos favoritos
¿Qué sería de la vitivinicultura en Argentina (y el mundo) sin Paul Hobbs? Afortunadamente, nunca lo sabremos. El enólogo californiano es reconocido por su contribución en el establecimiento de la Malbec como la variedad insignia de la tierra del tango y de Mafalda, pero lo cierto es que Hobbs ha aportado a la manera de hacer vino en todas las latitudes. Platicamos con él, y esto es lo que nos contó.
“Nací en Búfalo, Nueva York, y pasé mi niñez en la granja de la familia de mi papá. Cultivábamos sobre todo manzanas, pero también peras y cerezas. A finales de los sesentas mi padre empezó a visitar viñedos en el centro de Nueva York y comenzó a planear cómo podía convertir parte de nuestros cultivos de manzanas en viñedos. En ese momento yo no pensé que me dedicaría al vino; me gustaba todo lo que pudiera construir, especialmente las cosas finas, por eso pensaba ser cirujano”, recuerda Hobbs.
Cuando Paul comenzaba con sus estudios de medicina, su padre lo designó como la persona que plantaría los viñedos en su propiedad. Esa decisión coincidió con que un profesor de botánica de Paul, que trabajaba en Napa y se enteró de que la familia de Hobbs estaba plantando vid, “me preguntó si me gustaba el vino, y yo le respondí que solo lo había probado una vez, porque mi madre no permitía que hubiera vino en casa. Él me dijo que quería invitarme a su clase de apreciación de vino y yo le pedí que le preguntara a mi padre, quien le dijo que sí, pero pidió que no le contara nada a mi mamá”, cuenta Paul, entre risas.
El padre de Paul hizo los trámites para mandarlo a estudiar enología y viticultura a la Universidad de Davis en California. Hobbs se tituló de la maestría con una tesis que comparaba las barricas francesas y las americanas. Ese proyecto de titulación le valió su entrada a Robert Mondavi, donde se convirtió en uno de los pocos a los que se les encargó el proyecto de elaborar Opus One.
Te podría interesar: Maridaje de emociones: el vino ideal para un momento especial
Luego de unos años en Robert Mondavi, cuando Hobbs tenía poco más de 30 años de edad, sintió que era momento de definir qué quería hacer en un futuro. Tenía claro que quería montar su propio viñedo, pero no sabía cómo hacerlo por la inversión que implicaba, por lo que decidió explorar las regiones emergentes. Puso la mirada en Chile, y uno de sus ex compañeros de UC Davis, que trabajaba en Santiago como catedrático, le ayudó a organizar el viaje.
Paul decidió invitar a un amigo suyo, el argentino Jorge Catena (¿el nombre te resulta familiar?). No se le ocurrió que en ese momento, cuando Pinochet seguía en el poder, las relaciones entre chilenos y argentinos podrían ser tensas, por lo que Paul y Jorge tuvieron que salir de Chile manejando. Fue así como llegaron a Mendoza, a la vinícola de la familia Catena.
“Probé algunos de los peores vinos que había bebido”, explica Hobbs, “pero vi una calidad de viñedos memorable. En Buenos Aires conocí a Nicolás Catena, que se convirtió en mi inversionista, y empezamos a trabajar en la vinificación de un Chardonnay. Cuando lo lanzamos, invitamos a la prensa y aproveché para enseñarles un Malbec que yo había producido sin que Nicolás se enterara. Ese vino terminó inspirando el artículo que Tom Stockley escribió para el Seattle Times, Don’t cry for me Argentina, en donde hablaba del Chardonnay, pero destacaba a la Malbec como la variedad emblemática de Argentina.”
“Ese artículo se sindicó a otros periódicos estadounidenses, por lo que tanto nuestro importador como Peter Parker empezaron a presionarnos para elaborar Malbec”, explica.
Posteriormente, con su vinícola Paul Hobbs, el enólogo se planteó hacer vino de la manera más pura, “hice un pacto conmigo mismo: no usaría bacterias cultivadas, agentes añadidos como clara de huevo o grenetina y no filtraría los vinos”, explica, “todos estos eran retos que todavía no sabíamos cómo enfrentar, y solo éramos un pequeño grupo de personas viendo si podíamos comercializar el vino así. Fue lo que trabajamos durante los noventas, cometimos errores y aprendimos, y ese fue mi mayor trabajo en California.”
Te podría interesar: Hay de Malbecs a Malbecs, te mostramos una buena selección argentina
“Después fundé Viña Cobos”, comenta. “Lo hice para profundizar en la investigación; Viña Cobos fue la compañía pequeña que me permitiría seguir investigando la Malbec para ver si en Argentina ésta podía crecer como una variedad noble; en ese momento no sabíamos si ofrecería capacidad de guarda; ahora ya sabemos que definitivamente puede destacar”, elabora.
Vinos para conocer a Paul Hobbs
“Esta línea es mi bandera; lo mejor de lo mejor que puedo producir”, explica el enólogo.
Crossbarn
Para comprender las variedades sin complicación, Paul Hobbs recomienda Crossbarn. Ya sea un Chardonnay, Pinot Noir o Cabernet Sauvignon.
No Comment! Be the first one.