Platillos que hacen homenaje al mestizaje cultural. Te contamos sobre Malix
La palabra malix viene del maya, y se usa para nombrar a los perros mestizos o sin raza. O mejor, que son una mezcla de razas. Y nada explica mejor el concepto de Malix que eso: el mestizaje.
Te puede interesar: Long Story Short, música, arte, coctelería y gastronomía
A veces se nos olvida, pero lo sabemos bien: las cocinas del mundo son producto de un intercambio cultural. El mole no habría existido sin las especias asiáticas; la salsa pomodoro no sería ni un sueño sin el jitomate americano, ni hablar de las papas a la francesa sin –por supuesto- las papas sudamericanas.
Malix es un homenaje a eso; al intercambio cultural que, luego de un proceso centenario, nos regaló las recetas que conocemos hoy. Alonso Madrigal, el chef, prepara platillos de la cocina mexicana a la vez que celebra el mestizaje culinario y experimenta con productos de fermentación y conservas.
Te puede interesar: NIV, bar de vinos
La celebración a las influencias de todas las latitudes se nota desde que llegas al lugar que, por su decoración en donde destacan los espejos, la madera, los tonos blancos y las cortinas, te podrá remitir a tu lugar de comida japonesa favorito.
Si te sientas adentro seguro te cautivará la cocina abierta, desde donde verás a las y los cocineros terminando el montaje de tus platos, bromeando, sonriendo y, eso sí, presumiendo su orden y eficacia.
El menú de Madrigal cambia de acuerdo a los ingredientes del día, pues todos los insumos provienen de huertos cercanos; el chef trabaja con agricultores, cooperativas y granjas pues busca productos de temporada y sustentables.
Te puede interesar: Coctelería con vino, la unión perfecta
La cocina de Alonso es rica en vegetales; prueba de ello es la tostada de verduras de temporada, que se acomodan sobre una capa de sikil pak: es crujiente, refrescante y deliciosa. Además, prueba las ensaladas o la lechuga al grill.
De los fuertes sorprende el magret de pato en mole, que se sirve con una ensaladita de betabeles e higos a las brasas. El mole es picante al punto justo, complejo y familiar a la vez que innovador (la nostalgia es parte importante de la cocina). Y otro ejemplo que deja ver la mezcla de la cocina mexicana con otras aportaciones culinarias es el tamal de coco con curry de cacahuate. Y, de los postres, los imperdibles buñuelos con helado de chai.
En cuanto a las bebidas, en Malix encontrarás cocteles de autor y también vinos de esos que emocionan porque difícilmente están en otro menú. Definitivamente, este restaurante es un imperdible. Recomendación: no le pierdas la vista a Madrigal; desde ya se nota que hará cosas enormes.
Malix
📍Isaac Newton 104 local 2 y 3, Polanco, CDMX.
Síguelos en: @malix_resto
No Comment! Be the first one.