Quienes han visitado playa La Ropa, saben bien que la bahía de Zihuatanejo tiene un encanto especial que en los últimos años se ha hecho aún más evidente con la llegada de la familia Thompson a esta costa guerrerense.
La arena dorada y el vaivén de las olas, son el encuadre idóneo para disfrutar días de verdadera desconexión, en los que la única preocupación es alternar entre la piscina y el jacuzzi privado de la habitación.
Son 56 las suites que conforman la propiedad, diseñadas en una, dos o tres plantas, todas con vistas envidiables al azul del mar o al jardín central en el que corre una pequeña laguna. Su diseño interior ha sido elegido para resaltar los materiales locales y enaltecer la cultura vibrante de la región, con elementos elaborados a base de textiles, maderas de parota, barro negro oaxaqueño y latón, los cuales conviven en perfecta armonía con el diseño minimalista y elegante que caracteriza al resort.
Sabores que enamoran
El chef Javier García Cerrillo lidera la operación culinaria en Thompson Zihuatanejo, con propuestas sólidas y variadas que evolucionan a lo largo de los días para siempre sorprender a sus visitantes.
En Hao, el día comienza temprano y junto a la playa, con un tazón tropical de frutas y un pan francés de ensueño para tener lo mejor del comfort food y la vida healthy; a mediodía se sirven platos frescos con la pesca del día y recetas locales, mientras que por las noches la temática varía entre homenajes a la cocina ancestral, asados a fuego abierto, noches de tacos, mariscadas y paellas.
Productos sustentables y de temporada, tratados con una mirada irreverente y desenfadada, pero con mucho sabor, son la base de la cocina de Ceniza, donde el humo, como su nombre señala, es el hilo conductor de la experiencia. Es aquí donde las cenas románticas en línea de playa tienen lugar, con opciones a la carta o menús degustación, en maridaje con los mejores vinos disponibles en la región.
Sin duda, La Parota es el corazón gastronómico de la propiedad. En pleno huerto, Javier ha colocado una cocina móvil, un par de mesas y un pequeño bar… esto es todo lo necesario para montar cenas inolvidables a partir de una cocina honesta, cargada de historias y muchísimo corazón.
Crear memorias
Dentro de las actividades que Thompson ofrece, nuestra favorita es la pesca de profundidad. Son seis horas en alta mar con el objetivo de traer pescado fresco, que más tarde cocinaremos en una clase de cocina guiada por el chef. Sencillamente, inolvidable.
Un consejo más, que resulta casi obvio, es visitar el spa. Las manos sagradas de sus terapeutas tienen el poder de regresarte el alma al cuerpo en minutos.
¡Queremos volver!
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