A partir de la creatividad innata y del talento de Ignacio y Esteban, nace Azotea, un proyecto que busca sorprender dando vida a los espacios a través de mobiliario único que refleje el carácter y la esencia de quien los habita.
Eide Sosa Ceda
Visitar el showroom de Azotea, es una experiencia que se asemeja a ir a un museo. El ingreso se da por la cochera de un edificio típico de la colonia Escandón en la Ciudad de México. Al ascender al último piso, nos encontramos con un espacio lleno de sillas, sillones y mesas que atrapan la mirada al instante y transportan en el tiempo décadas atrás. Para ello, sus creadores nos platicaron más sobre su emprendimiento.
¿Cómo definirían este proyecto?
Azotea es un estudio creativo de diseño mobiliario que tiene varias vertientes. Tenemos un área en la que restauramos mobiliario de autor, como pueden ser las sillas Yucatán del diseñador Edmond Spence; otra en
la que resignificamos joyas perdidas -a través de un proceso de upcycling- para que se adapten a espacios contemporáneos; y está el área de diseño exclusivo, inspirado en los años 70 y 80, en donde creamos piezas originales a partir de materiales recuperados.
¿De dónde surge su interés por el diseño mobiliario?
No venimos del mundo mobiliario, pero sí del mundo creativo, de la actuación, de la fotografía y de los museos. Este proyecto confluye toda esa parte artística. Y llegar a esto no desde un lugar clásico, sino desde otras inquietudes, también está bueno. Nos encanta pensar en casas y en su mobiliario, nos apasiona hablar de esos temas, y es que siempre estábamos buscando tesoritos en nuestros viajes para complementar nuestro propio espacio. A partir de esa búsqueda surgió el pensar en cómo se podían producir o hacer, y cómo llevar nuestros gustos personales a algo más comercial.
¿Cómo comenzó Azotea?
Durante la pandemia fue que decidimos restaurar un par de sillas para nosotros; al final de esa restauración nos surgió la idea de hacer más y tener una colección pequeña que se pudiera vender en algún momento. Después de haber restaurado 25 sillas, decidimos abrir una cuenta de Instagram con el nombre @__azotea y ofrecerlas. Para nuestra sorpresa, ¡todas se vendieron en pocos minutos!
¿Cuál es su proceso creativo?
Nos inspiramos por lo general en nuestras décadas favoritas de diseño, que son los 70 y 80. Pensamos en las formas, los colores, en los tonos y las texturas que queremos, rebotamos ideas y nos acercamos a carpinteros y tapiceros. Vemos lo que nos gusta más a nosotros: no tratamos de complacer, sino más bien de seguir nuestro instinto. Antes de diseñar un mueble con materiales recuperados o de restaurar un hallazgo, lo visualizamos en nuestra casa. Si ese mueble encuentra un lugar en nuestro espacio personal, por más subjetivo que sea el ejercicio, terminamos por pensar que a lo mejor a alguien más también le podría emocionar.
¿De qué manera su mobiliario transforma un espacio?
Aspiramos al detalle y un poco a encajar con la personalidad del cliente, queremos que la personalidad de quien nos compra se vea reflejada. Buscamos que tenga sus propios statements; nuestra intención es brindar a los espacios más carácter.
Si fueran una pieza de Azotea, ¿cuál serían y por qué?
Creo que cada mobiliario tiene una personalidad muy puntual y la nuestra es bastante amplia, más bien a ambos nos define el todo. La cuestión es buscar y encontrar, no casarnos con una idea; no aburrir, sino buscar sorprender. Hemos tenido piezas como las sillas Miró, el sofá Camaleonda, las sillas Nineteen-Laties Star Treck o las Marilyn italianas. Somos muy eclécticos y creo que esa curaduría ecléctica, pero con sentido, es lo que define también a Azotea.
¿Cuál es el proceso para adquirir alguna pieza de Azotea?
Tenemos una lógica bastante interesante que consiste en una venta mensual o trimestral a la que llamamos “tanda”. Se hace un showroom en el que se presenta todo lo que tenemos por dos o tres días y generalmente se vende todo. Entonces, se cierra el showroom y nos ponemos a producir y a buscar piezas para la siguiente venta.
Esto hace que sea muy dinámico y fresco. En cada venta la gente se encuentra con piezas distintas y regresa porque es auténtico y diferente. Hay muchos productos de acento para las casas; las piezas pueden funcionar individualmente de manera decorativa e incluso dando un sentido más museográfico al espacio. Esta dinámica nos permite a nosotros parar para poder pensar, y tener ese mes o dos
meses para hacer una buena curaduría y diseñar para la siguiente tanda.
¿Cuál es el siguiente paso para Azotea?
Queremos crecer en un nuevo espacio y apostar mucho por las colaboraciones. Queremos trabajar con artistas de otras áreas que también tengan que ver con el diseño y empezar a ampliar nuestros estilos y colores para poder ofrecer otras cosas, finalizaron.
Para conocer la ubicación y fecha de la siguiente tanda de Azotea, escribe un mensaje directo a través de su cuenta de Instagram: @__azotea
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