Te contamos sobre La Xamana, una raicilla de montaña elaborada en San Sebastián del Oeste
En el borde de la Sierra Madre Occidental se encuentra San Sebastián del Oeste, un pueblo mágico de herencia minera que es hogar de varias tabernas productoras de raicilla de montaña. Una de ellas es La Xamana, una marca que recientemente llegó al mercado y que está inspirada en la tierra y en la naturaleza.
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La fundadora de La Xamana es Claudia Acevedo López, quien se mudó de la Ciudad de México a San Sebastián del Oeste después del terremoto del 2017 para trabajar en el proyecto de Nebulosa, donde conoció a mucha gente del medio y de la localidad. En Nebulosa ya elaboraban su propia raicilla, gracias a ello Claudia conoció todo lo que ocurre durante el proceso de elaboración y la maduración del agave. Entonces decidió fundar La Xamana, con ayuda de un amigo inversionista.
Lo primero que hizo Acevedo fue aprender de distintos maestros raicilleros de la zona; todos llevan más de 30 o 40 años haciendo la bebida, y acompañaron a Claudia en su aprendizaje por el terruño y los procesos artesanales y rústicos. Luego, buscaron a su propio maestro raicillero, Anastasio Guzmán, quien llevaba años produciendo la bebida pero había detenido su producción porque no tenía los fondos para reparar su taberna. Para producir, invirtieron en equipo y en la remodelación del espacio. Así, La Xamana se convirtió en una de las pocas marcas de raicilla que tienen su propio maestro raicillero, pues en la zona, un par de personas elaboran muchas marcas, limitando así las expresiones que podemos encontrar en copa.
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Hay algunas etiquetas para las que La Xamana sí compra a otros maestros raicilleros, que eligen con extremo cuidado: son aquellos con quienes tienen una buena relación de amistad, y que hacen buenos productos. Por supuesto, todos estos maestros son miembros del Consejo Mexicano Promotor de la Raicilla.
Qué etiquetas de La Xamana puedes probar
La primera etiqueta en elaborarse fue La Xamana, que tiene 44 grados de alcohol y dos destilaciones. Pero para satisfacer las necesidades del mercado, elaboraron otras etiquetas más: una de menor graduación alcohólica, pero de una sola destilación, y otra de 55 grados, y de dos destilaciones. Además elaboraron la etiqueta Tres Perros Negros, en honor a Maximiliana, Allegra y Sabio, los compañeros de vida de Claudia; se trata de y un blend de raicillas de otros municipios, un producto irreverente ideal para mixología. Un porcentaje de las ventas de Tres Perros Negros se destina a compra de croquetas para perros de la calle o que están en albergues.
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La importancia cultural de la raicilla
La raicilla es un destilado que se elaboraba desde la época de la colonia. San Sebastián del Oeste fue un pueblo de vocación minera, y esa actividad fue la preponderante de todas las económicas, sociales y culturales. Es por eso que en la zona no hay otras expresiones culturales además de la raicilla, porque toda la energía estuvo enfocada en la minería. Actualmente, los lugareños, especialmente los mayores, la toman en ayunas y con fines medicinales.
La raicilla se enfrenta a un gran reto, pues hace unos años, antes de que se pusiera en valor este destilado, se elaboraba para auto consumo y, cuando se vendía, era muy barata. Por eso existen pocos maestros raicilleros actualmente, y las nuevas generaciones ya no están interesadas en su producción, ni en quedarse en San Sebastián del Oeste. Pero para Claudia, el próximo gran destilado será la raicilla, y eso la motiva a involucrar a los jóvenes a su producción.
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