Uno de los productos predilectos del mundo entero es el chocolate, pero en Ecuador, Paccari se ha convertido en un chocolate revolucionario
Las cartas de presentación de Paccari -que significa amanecer o naturaleza- son fuertes: sociablemente responsable, sustentable, multipremiado y excelente calidad.
Hace poco Santiago Peralta, director y socio fundador de Paccari junto con su esposa Carla Barbotó, estuvo en México para mostrar las bondades de su producto, explicar su inspiración y el trayecto que ha recorrido a lo largo de 21 años para posicionar y dar a conocer el cacao de Ecuador no solo en Latinoamérica, si no a nivel internacional.
Cacao justo
Para Peralta todo comenzó hace más de 20 años, cuando en un viaje por Europa compró una caja de trufas de chocolate por 130 dólares, en ese momento el hambre de justicia corrió por sus venas, sabiendo que en su país de origen el cacao es de gran calidad. Así fue como se embarcó en esta aventura que hoy por hoy ha rendido frutos.
Actualmente, los chocolates Paccari están elaborados con el cacao orgánico denominado arriba o nacional, un producto que se caracteriza por las notas aromáticas y sápidas de nuez, flores y frutas que la tierra le da, además de poseer los conocimientos ancestrales de su cultivo, esto ha hecho que este cacao ecuatoriano tenga Denominación de Origen.
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A esta fortaleza se suman los precios justos que manejan con las más de 3,500 familias que trabajan con ellos; su transparencia e impactos sociales y ambientales les ha valido el reconocimiento como empresa B y tener el sello Carbon Neutral; además, han ganado distintas medallas en concursos mundiales de cacao y han donado parte de sus ganancias -en varias ocasiones el total de ellas- a fundaciones encargadas de cuidar el planeta, su fauna y flora, principalmente.
Cata y maridaje con Paccari
La inspiración para crear el chocolate Paccari ha ido más allá de lo que les da su propia tierra. Los viajes de sus fundadores hacen que descubran nuevos sabores, aromas y culturas a los que rinden homenaje a través de sus barras de chocolate.
Por ello, dentro del catálogo de Paccari se puede encontrar el de sal de Cuzco y nibs que honra a Perú; el de mate inspirado en varios países de Sudamérica; o el de chile y mole rojo en el que México fue su musa.
La experiencia de Paccari no estaría completa sin una bebida como acompañante por lo que tres elixires se sirvieron para ser parte de una cata maridaje. En ella, cada bebida resaltó las notas de los chocolates. Iniciamos con el vino tinto mexicano de Santísima Trinidad, que destacó la mineralidad del chocolate sal de Cuzco, mientras que en el 60% cacao Esmeraldas, el plátano y la miel relucieron.
Para el espumoso, el maridaje se hizo con el Brut Gold de Lamborghini y el chocolate amargo con esencia de rosas andino así como con el de lemongrass, que resultaron maravillosos por la frescura acentuada en ambos productos.
Para terminar, nada como un buen mezcal, en este caso OXA espadín, el cual creó una magia especial con el Paccari de sal, pues el tono mineral y amargo del chocolate hizo gran mancuerna con la potencia del espadín.
Así vivimos la experiencia de Paccari en México, comprobando una y otra vez su calidad indiscutible y la revolución chocolatera que siguen creando.
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