✍️: @mana_sommelier
Viene la época más esperada del año en el viñedo. En el hemisferio norte la vendimia se realiza en los meses de agosto y septiembre, aunque puede alargarse hasta octubre. La cosecha es una etapa extremadamente importante, pues es el momento de recoger los frutos que con tanta entrega los viticultores han estado cuidando todo el año.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, el campo es una labor complicadísima a la que los consumidores de vino no le damos la importancia que merece.
El momento ideal para la cosecha se determina basándonos en el nivel óptimo de maduración de la uva, el cual depende de muchísimos factores como el clima, el tipo de uva, la orientación del viñedo, la altitud, la proximidad al mar o el tipo de suelo.
A esto hay que sumarle las condiciones meteorológicas que son cruciales y que se pueden convertir en historias de terror si hay heladas, granizos o lluvias continuas antes de que las uvas alcancen la plena madurez, también si hay sol en exceso, las consecuencias pueden ser terribles.
Si tuviésemos horas sol de más, las uvas pueden llegar a quemarse o sobre madurarse. Por el contrario, si lo que nos trae el verano al viñedo es frío, los racimos no llegan a madurar bien y resultan en mostos flojos en azúcares, color y taninos. Otro ejemplo de historias de terror es que llueva de más, aquí las uvas se llenarán de agua generando una escasa concentración de glucosa y, en consecuencia, bajo grado alcohólico, también a los hollejos le afecta ya que, están sobrecargados de agua, lo que dará menos cuerpo y menos aromas.
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Para lograr cosechar la uva en el momento ideal los viticultores y enólogos realizan controles de maduración de la uva, la manera de hacerlo es tomando muestras de los granos de la uva aleatoriamente en las viñas. Posteriormente se realizan los controles y estudios de concentración de azúcar y acidez. Si todo marcha viento en popa, al final de todas estas pruebas maratónicas que suceden en el año durante el ciclo vegetativo, la vendimia se realiza de dos formas: manual o mecánica.
Obviamente la vendimia manual requiere mucha más mano de obra y generalmente se usa para vinos de mayor calidad, ya que los racimos se seleccionan prácticamente uno a uno y esto implica un proceso más lento, por lógica esto aumenta los costos de producción y se ve reflejado en el precio final del vino.
Por el contrario, la vendimia mecanizada también puede resultar en vinos de calidad, ya que ahorrando tiempo, preserva la calidad de la uva. Este tipo de vendimia se utiliza únicamente en los viñedos que se puedan permitir el uso de máquinas, es decir, que tenga el espacio suficiente para las mismas en el viñedo.
Al final de la vendimia, vendrá el proceso de fermentación, durante la que hay que tener un control minucioso sobre las levaduras, la temperatura a la que trabajan, los grados alcohólicos y al final la crianza del vino. Esto lo comentaremos en otro artículo, pues hay también bastante tela para cortar con esta parte del proceso de la fermentación.
Salud y saludos desde la Ribera del Duero.
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