Spritzen es una palabra en alemán que traducida al español podría significar rociar. Es de esta palabra de donde toma su nombre uno de los cócteles más famosos del mundo: el spritz.
La historia cuenta que durante la ocupación de las fuerzas austrohúngaras en el norte de Italia, los soldados empezaron a “rociar” con soda los vinos y aperitivos que les parecían algo fuertes. Esta práctica rápidamente se popularizó y se esparció por toda la península para posteriormente volverse un cóctel popular en todo el mundo.
La costumbre italiana de tomar un spritz en una terraza después del almuerzo, durante la hora feliz o al caer el atardecer durante el verano es una postal que incluso si no has visitado la nación europea en algún momento la has visto en redes sociales o postales.
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Ahora no es necesario viajar del otro lado del océano para poder disfrutar de un delicioso spritz para mitigar el calor o darse un merecido descanso. La receta básica dicta algún aperitivo, vino espumoso y un golpe -o spritzen– de soda o agua mineral. Pero los bares y marcas agregan su toque personal para crear un mundo de posibilidades y disfrutar de un spritz adecuado para tus gustos.
El 01 de agosto se celebra el Día Mundial del Spritz, y para disfrutarlo te compartimos algunas recetas ¡Salud!
Aperol Spritz
- 2 oz de Prosecco
- 3 oz de Aperol
- 1 golpe de soda
- 1 rodaja de naranja
Llena una copa con mucho hielo para refrescarla. Agrega el prosecco, posteriormente el Aperol y termina con el golpe de soda. Decora con una rodaja de naranja.
St James Spritz
- 1 ⅙ oz de No. 3 London Dry Gin
- ½ oz de Licor de flor de sauco
- 4 ⅙ oz de Crèmant
- 1 ramita de Romero
- 1 Toronja rosa
En una copa de vino grande agregar abundante hielo. Vierte los ingredientes suavemente y mezcla con una cuchara coctelera. Puedes agregar un poco más de Crèmant si lo deseas. Decorar con la ramita de romero y media rodaja de toronja.
Hugo Spritz por Joseph Mortera
- 3 oz de Vino blanco
- 2 oz de Licor de flor de sauco
- Top de Soda
- Ramillete de hierbabuena
Macera la hierbabuena y el vino blanco para posteriormente colar. Sirve la mezcla en una copa de vino con abundante hielo y termina con un golpe de soda. Integra todos los ingredientes con una cuchara de bar y decora con el ramillete de hierbabuena.
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