La champaña es uno de los vinos más costos, aunque definitivamente justifica su precio. Está hecha con paciencia y los métodos que se usan hoy en día siguen siendo los de hace años.
Pero si quieres algo igual de rico, hecho con el método tradicional de segunda fermentación en botella, y sin sangrar tu cartera, prueba estas opciones.
- Crémant
La alternativa francesa a la champaña. El crémant se elabora con el mismo método que la champaña, pero su precio es muchísimo menor. Se produce en Alsacia, Borgoña, Loire, Jura, Savoie, Die, Limoux y Burdeos. Cada región tiene sus variedades, pero destacan Pinot Noir, Chardonnay, Pinot Gris, Aligoté, Auxerrois y Chenin Blanc, entre muchas otras más.
- Franciacorta
Este vino, también hecho con el método tradicional, se hace en la región de Lombardía del mismo nombre. Se usan las uvas Pinot Noir, Chardonnay y Pinot Gris, y cuenta con la DOCG desde 1995.
- Cava
La versión española de la champaña. Este vino se produce, principalmente, con Macabeo, Parellada y Xarel-lo, aunque también se pueden usar Chardonnay, Pinot Noir, Garnacha, Trepat o Monastrell. La mayoría de las etiquetas que encontrarás en el mercado han pasado nueve meses sobre lías; esto le dará al vino una cremosidad y finura que no le pide nada a tu botella de champaña de confianza.
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En el Nuevo Mundo se elaboran excelentes espumosos; los mexicanos, estadounidenses y neozelandeses no se quedan atrás en cuanto a elegancia y mérito técnico. Solo asegúrate que la etiqueta del espumoso que vas a comprar indique que fue elaborado con el método tradicional y estarás un paso más cerca de tu copa de champaña, pero sin gastar tanto.
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