El nombre de Vinícola El Refugio parte de la idea de ser el lugar en donde las vides encuentran cobijo. Y, para sorpresa de algunos, ellas encontraron su hogar en el Valle del Mezquital, en el estado de Hidalgo.
Para esta vinícola, lo principal es hacer vino respetando a la naturaleza, al universo y a la vida. Y esa tarea se puso en manos de una gran enóloga argentina, Agostina Astegiano quien, de la mano del viticultor Rafael Garza, llevan a nuestras copas vinos del primer viñedo hidalguense.
Otro integrante del equipo de trabajo es Diego Ballester, diseñador gráfico y el encargado de que cada etiqueta de Vinícola El Refugio nos transmita un poco de la identidad de la zona donde se producen.
El Refugio se encuentra a una altura de 2.240 msnm; la amplitud térmica entre el día y la noche va de los 12 a los 15 °C, en tanto que las uvas están expuestas a buenas horas sol y a un clima semiárido con concentración de lluvias en verano.
Este terruño ha brindado 107 hectáreas en producción y 23 más que se están plantando. De ahí, Garza obtiene uvas que después Agos vinifica para obtener Jamädi, palabra otomí que significa “agradecer”. La ilustración de la etiqueta, un coyote, representa a ese espíritu sagrado para los otomíes. Hoy, en Vinícola El Refugio se producen tres etiquetas, los fresquísimos y felices blanco y rosado (Colombard/Verdejo y Grenache, respectivamente) y el tinto, una mezcla de Cabernet Sauvignon y Syrah.
De Vinícola El Refugio celebramos el arrojo y el respeto a las raíces. Lo segundo es prueba de que, si bien el vino fue traído por los europeos, ahora ya tiene corazón mexicano. Ahora, en el Mezquital, tierra otomí y lugar que hoy da cobijo a las vides, ya existe un oasis de copas llenas y corazones contentos.
Hidalgo: el nuevo estado vinícola ideal para visitar el fin de semana
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Vinícola El Refugio
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