En Testal gobiernan los platillos tradicionales que logran evocar un recuerdo del terruño. Esa fue la intención de Roberto Tinoco y su familia, al diseñar el menú de este restaurante que abrió sus puertas hace 8 años en la calle de Dolores del centro histórico de la Ciudad de México.
Laura Micaham, @soylacomensal
Esta cena empezó por el final: hundimos la cuchara en el delicado tamal de maíz tierno, que iba montado sobre nata, e inmediatamente se desprendió un dulce aroma a vainilla. Acompañamos el bocado con un par de palomitas bañadas en caramelo que acentuaron el sabor y dieron textura a este platillo, logrando el balance perfecto.
Probamos este plato en Testal; se trata de los uchepos, tamales tradicionales del estado de Michoacán que degustamos en el último tiempo, aunque quienes crecieron con ellos afirman que se pueden comer como plato principal en cualquier momento del día, generalmente el que la cocinera del hogar designa para él.
En Testal podrás encontrar éste y otros platillos tradicionales que logran evocar un recuerdo del terruño. Esa fue la intención de Roberto Tinoco y su familia, al diseñar el menú de este restaurante que abrió sus puertas hace 8 años en la calle de Dolores del centro histórico de la Ciudad de México.
Testal, alta cocina mexicana de origen
Hace poco, abrió su segunda sucursal en la colonia Roma con el fin de expandir su amor por la cocina tradicional mexicana. Se instalaron en la planta baja de un hermoso edificio triangular con detalles art déco en la esquina de las calles Oaxaca y Puebla.
El mismo menú con el que conquistaron a sus clientes del centro se puede encontrar en este nuevo local, además
de las especialidades del mes que van cambiando con la temporada. Tanto en su propuesta habitual como en las sugerencias, se logra evidenciar la calidad de sus alimentos.
Corundas, fideo seco, tacos de suave lengua de res, gaonera con tuétano o pulpo, escamoles en mantequilla, así como una exquisita selección de moles (poblano, plátano, pipián de chile manzano y zarzamora); el de zarzamora es una especialidad única del lugar y que tiene el balance perfecto entre lo dulce y lo ácido.
El menú se complementa con el entorno, un ambiente casual, familiar y acogedor en donde el arte vibra en los muros y con vajillas que fueron pintadas y diseñadas a mano para Testal.
También hay que resaltar la calidad del servicio, en donde un equipo de meseros eficientes, conocedores del menú y las recetas, son cálidos sin llegar a empalagar. Están dirigidos por el jefe de meseros que trabaja con el restaurante desde la apertura del primer punto: una proeza en esta industria de alta rotación.
Sin muchos adornos en la experiencia, Testal se destaca por la gran calidad en sus alimentos y servicio. Algo que se agradece en tiempos donde parece brillar más la parafernalia.
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