Para el calor, para el fin de semana, para las tardes de maratón de series o para el mal de amores… es imposible equivocarse al descorchar un Albariño.
Y esta variedad, representativa de Rías Baixas y, por lo tanto, la principal en Attis Bodegas y Viñedos, alcanza manifestaciones extra atlánticas al ser vinificada en esta vinícola.
Attis está ubicada en Val do Salnés, una de las cinco subregiones de Rías Baixas, en donde vinifican con la consigna de hacer vinos auténticos, artesanales y atlánticos, mientras respetan la variedad, la viña, la vendimia y el proceso de vinificación.
La historia de Attis se remonta a hace medio siglo, pero fue en el 2000 cuando decidieron establecerse como empresa bajo el amparo de la DO Rías Baixas, y para el 2011 construyeron una bodega moderna, elegante e integrada en el entorno.
Si algo caracteriza a esta vinícola, es que constantemente busca imprimir el carácter atlántico en sus vinos: esa salinidad que aporta complejidad y que se debe a los factores geográficos como el clima húmedo, las temperaturas suaves y el suelo de granito.
La zona vinícola de Rías Baixas
La vinícola está ubicada en el corazón de Salnés; desde ahí elaboran blancos frescos y también algunos con reposo sobre lías o naranjas, además de espumosos con Albariño y hechos con el método tradicional. Entre los tintos existen los más jóvenes y frutales, así como los que ganan complejidad tras su añejamiento en barricas o tanques.
Entre los 20 vinos diferentes que se producen en Attis destaca el Attis Mar, un Albariño que se sumerge en las profundidades del mar para potenciar la expresividad de los matices atlánticos; ahí, a 20 metros de profundidad y refrescándose en las aguas frías, este vino descansa por seis meses, y da como resultado la máxima expresión, tanto organoléptica como conceptual, del Atlántico.
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Attis
attisbyv.es / @attisbodega
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