Para cualquier ocasión que amerite celebrar, invariablemente el antojo es el mismo: burbujas. Pero, ¿por qué esperar una ocasión especial para descorchar un buen espumoso?, platicamos con Manel Reman, el presidente de la casa Krug, quien nos contó por qué su hora favorita para probar una copa de champagne es a las 11am o cuando la convivencia con los amigos le hace olvidar –por un momento- la copa.
Manel es un enamorado del vino. Lo que más disfruta es “descubrir nuevas cosas: regiones, técnicas, formas de ver un mismo producto que van desde lo más innovador hasta lo más artesanal y que retoma técnicas antiguas”, nos contó, para después apuntar que “lo más interesante del vino es que no sabemos nada”.
Para Manel, las burbujas tienen una magia especial: “cuando se abre una botella de champagne cambia la ocasión. En todos los casos es un vino que tiene su complejidad, pero hay algunos que son para celebrar, otros para emocionarte, otros para un brunch o para una cata técnica”, nos cuenta.
Para Krug, la intención de hacer champagne es transmitir todo lo que esta bebida puede dar en una copa, y eso han hecho desde hace 185 años, cuando Joseph Krug fundó la marca. “Krug era un alemán que a los 30 años se mudó a Londres y luego a París para trabajar en vino”, explica Reman. “A sus 30 y pocos años, ya era director financiero de una de las grandes empresas de champagne. Pero no estaba contento con el producto, pues, en una época en la que no existían tantos avances tecnológicos como ahora, todo dependía del clima: había añadas buenas y malas. Krug recibía quejas de sus clientes, por lo que quiso buscar la manera de lograr un producto con una calidad estándar, y que fuera bueno independientemente del clima. Pero su jefe no apoyó sus ideas, por lo que dejó la empresa y creó Casa Krug”, relata Manel.
Hoy, con cada edición y cada botella, se busca hacer homenaje al sueño de Joseph Krug. Y la edición 170, que está disponible actualmente en el mercado, es la mezcla de 12 diferentes añadas, la más joven del 2004 y la más vieja de 1998.
Para hacer Krug “buscamos uvas en casi cada parte de Champagne. Hay alrededor de 300 pueblos y nosotros trabajamos con 100 de ellos”, nos cuenta Manel, “vamos a ver productores, viñedos y hasta una parcela en específico, y antes de la vendimia vamos cada semana para probar uvas y decidir la fecha de la cosecha. Así tenemos la posibilidad de tener uvas de cada tipo de terroir y, por lo tanto, hasta 150 vinos diferentes”, comentó Manel.
🥂Para el experto, “la mejor hora para tomar Krug es a las 11am o a las 7pm, cuando empiezas a tener hambre y tu paladar está listo para aprovechar toda la complejidad. Pero también a veces puedes olvidar la copa y disfrutar del momento con tus amigos”, reflexiona.
No Comment! Be the first one.