Atotonilco es la tierra que ve nacer la excelencia de Tequila Patrón, cuyo corazón, sofisticado e incomparable, se encuentra en una majestuosa hacienda capaz de producir un tequila ultra-premium de clase mundial.
Para los mexicanos, las antiguas haciendas con siglos de historia tienen un significado muy especial, y esta, aunque ha sido construida desde cero hace relativamente poco tiempo, resguarda entre sus muros el misticismo de producir tequila en Los Altos de Jalisco, y representa una mirada fresca y actual del México contemporáneo del cual Patrón es fiel impulsor.
La arquitectura de la hacienda alberga al mismo tiempo una imponente destilería y una lujosa área residencial, y solo es posible visitarla por invitación. Muy pocos han sido los elegidos para conocer el lugar en donde surge Patrón, disfrutar un par de días la hacienda y compartir con el equipo las noches estrelladas en los patios centrales de la casona.
La residencia
Por supuesto, la hacienda está inspirada en la arquitectura mexicana con tintes franceses y españoles, tal como muchas otras haciendas que conocemos y los pasillos, techos y ventanales fueron diseñados al estilo del siglo XVI. Para su construcción se emplearon alrededor de un millón y medio de ladrillos, y participaron 16 artesanos en la construcción de los arcos de cantera que engalanan las áreas comunes.
El recibidor principal fue coronado con un bello domo de ladrillo del cual se suspende un grandioso candelabro de hierro, forjado en Tlaquepaque. Tal como dicta la tradición entre los propietarios de las haciendas, el mobiliario fue recolectado en distintas partes del mundo por el equipo de Patrón.
Las habitaciones se encuentran alineadas a un patio bellísimo, y todas cuentan con acabados de lujo y un sinnúmero de amenidades para hacer de la estancia una experiencia difícil de recordar.
Mención especial merece el bellísimo bar elaborado de caoba, que además de ser imponente y sumamente seductor, ofrece coctelería de altísimo nivel diseñada, por supuesto, con lo mejor del portafolio, así como ediciones limitadas, botellas conmemorativas y colaboraciones con artistas que a lo largo de su historia han dado vida a Patrón.
La destilería
Una fábrica que nunca para, es impresionante. Las 24 horas del día, siete días de la semana, vacaciones y feriados, los hornos de la Hacienda Patrón jamás se apagan. La demanda a nivel internacional de este tequila ultra-premium es tal que no se puede permitir un día sin hornear, fermentar, ni destilar.
La destilería trabaja de la mano con ingenieros agrónomos y jimadores de los campos de agave cercanos para obtener sólo lo mejor de Los Altos de Jalisco. Al pie de los hornos llegan sin cesar camiones cargados únicamente con agave azul tequilana Weber de la mejor calidad; cada piña es analizada para asegurar que cumple con los parámetros necesarios -tiempo de maduración, concentración de azúcares, tamaño y salud- para poder formar parte de Tequila Patrón.
Al final de la línea de producción, cientos de “primos”, como son llamados los colaboradores de la hacienda, cubren a mano una a una las botellas con papel de china y las empacan dentro de las emblemáticas cajas de colores. El trabajo termina, dicen, una vez que tú tienes una botella de Patrón en las manos.
El compromiso
Uno de los pilares de Tequila Patrón es el cuidado del medio ambiente. Es por ello que su destilería fue pionera en instalar una planta de osmosis que convierte el agua de los desechos de la destilación en agua pura. Además, los residuos del agave se convierten en composta que se utiliza tanto en los jardines de la hacienda como en las comunidades locales para fertilizar la tierra.
El objetivo es generar un producto de altísima calidad con el menor impacto ambiental posible.
24 horas en la Hacienda Patrón fueron suficientes para que el equipo de El Conocedor se enamorara de la pasión y el compromiso por producir un tequila simplemente perfecto.
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Más info en:
Sitio web: patrontequila.com
Instagram: @tequilapatronmexico
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