La actualidad está rodeada de tecnología en todos los aspectos de la vida cotidiana, a la par que el viñedo sigue las tendencias científicas para mejorar la calidad con producciones adecuadas a la demanda.
Hace más de 15 años fui invitado por el Gobierno australiano a la cumbre de vitivinicultura en Adelaide, Australia, donde se mostraron los avances en ciencia aplicada al viñedo y cómo la viticultura de precisión se aplica en muchas partes del viñedo en esas latitudes y en Estados Unidos. Hoy, esa tecnología está en todo el mundo, incluyendo a México.
Viticultura de precisión
El concepto de viticultura de precisión fue acuñado por el investigador Ricardo Smart y el profesor Peter Drier por ahí del año 1999, tratando de mejorar la calidad en el viñedo elevando las producciones del mismo. Para entender qué es la viticultura de precisión, primero debemos entender algunos conceptos de la viticultura y enología tradicional, en la cual se afirma que el fin de un viñedo es producir la calidad y cantidad de uva adecuada y sostenida en el tiempo. En ella se utilizan y miden parámetros como el peso de la poda, la cantidad de hojas en el viñedo, el vigor de las plantas en racimos y el peso de uva, para cualquier parcela, sin importar la identidad de la misma.
Por otro lado, la viticultura de precisión trata de suministrar a las plantas los nutrientes que necesitan específicamente para cada parcela y así obtener uvas de la más alta calidad y con el carácter aromático determinado. Para ello nos hacemos valer de sensores y monitores de rendimiento, imágenes aéreas de transpiración de las plantas por medio de drones, fotografías infrarrojas y ultravioletas para indicar maduraciones o índices de sequía o falta de agua en el suelo por medio de dendrómetros. Todo esto, aunado a los conocimientos de la fisiología de la planta, nos ayuda a suministrar específicamente los nutrientes que necesita en el momento idóneo para que los utilice, dando así una constante de crecimiento de las plantas con calidades sostenibles durante el año y obtener uvas del carácter aromático deseado.
Proyectos en México
Esto que les explico es tecnología que se utiliza en los países más desarrollados en viticultura como Australia y Estados Unidos, mientras que en Europa se conocen pocos proyectos con este adelanto. En México tenemos dos proyectos de esta magnitud científica, uno desarrollado en el Valle de Parras, Coahuila, por la bodega Casa Madero, la más antigua de América; y otro en el Valle de Ojos Negros en Ensenada, desarrollado por Monte Xanic, la bodega más innovadora de la zona del Pacífico mexicano, dos de las más importantes de nuestro país.
En los dos proyectos se tiene infraestructura de última tecnología para suministrar a los viñedos los minerales específicos que las plantas requieren en el momento adecuado y con la cantidad conveniente, asistidas por biofertilizaciones foliares. Los viñedos están monitoreados para conocer la cantidad de agua en el suelo, la velocidad de filtración, la cantidad de nutrientes y la falta de alguno para suministro inmediato, con esto se eficientiza también el uso del agua, recurso importante en nuestro país en este momento. Sabiendo que la cantidad de agua en el suelo genera una ionización de los minerales en el mismo, promoviendo la absorción en mayor o menor cantidad de los nutrientes liberados.
Finalmente, la idea de este artículo, un poco más técnico, es actualizar a los amantes del vino dentro de los proyectos de I+D desarrollados en México por parte de las empresas nacionales para el beneficio y calidad de los productos mexicanos. Seguramente al catar alguno de los vinos provenientes de los viñedos nombrados, notaremos que la calidad es de las más altas que hay en el país, aunado a lo más importante que es el soporte de la calidad en el tiempo, detalle que padecíamos hace décadas, pero que hoy en día estamos mejorando a pasos colosales.
Sin duda, estamos viviendo la mejor época de la calidad de los vinos mexicanos. Y para muestra basta una copa.
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