Cada ciclo tiene un inicio y un fin. Es un constante girar, caminar, incluso retroceder para tomar un respiro o para recomponer el camino. Pero al final del ciclo -que será el inicio de lo nuevo-, es bueno y necesario reflexionar.
Cuando la pandemia llegó, nos sorprendió. Nos dejó perplejos, sin saber qué hacer o qué esperar. Tuvimos que hacer una gran pausa con la incertidumbre de no saber cuánto podía durar y de qué manera nos afectaría. Nos hizo detenernos en lo físico y en lo emocional, en lo social y en lo económico, pero principalmente, nos ha impedido hacer muchas de las cosas que amamos.
No obstante, nos ha enseñado a valorar al abrazo que envuelve, que protege, reinicia y, sobre todo, da calor y esperanza. Así como el valor de estar juntos, de pertenecernos, de sabernos unidos cuidando unos de otros. Hemos aprendido la importancia del aquí y del ahora, de la vulnerabilidad humana y de la riqueza de la resiliencia. ¡Duro ha sido comprender que la vida se celebra día a día, con trabajo, empatía, solidaridad y amor! Sin embargo, el final de un ciclo siempre será el inicio de otro, porque crisis significa oportunidad.
Comunicarnos a pesar de la distancia
Hemos aprendido a comunicarnos de diferente manera gracias a las redes sociales y a la tecnología. Durante el encierro obligado para cuidarnos mutuamente, creamos grupos de trabajo que después se convirtieron en espacios de unión, de pertenencia, de complicidad, de entretenimiento, de aprendizaje. En mi caso, este periodo ha sido un tiempo delicioso para compartir, disfrutar y viajar a través del vino y de la gastronomía, conociendo diversos lugares, regiones vinícolas, uvas, costumbres, cocinas y más que nada, nuevos amigos.
Una cita cotidiana me ha enseñado que, en materia de brindis y catas, no todo estaba escrito y que la distancia tampoco ha sido un obstáculo para convivir y levantar la copa para celebrar la vida, al tiempo de agradecer la oportunidad de aprender y de estar nuevamente unidos y cercanos.
Esta columna entonces, representa mi agradecimiento por permitirme entrar a su casa con cada edición de El Conocedor y compartir con ustedes.
Gracias mil por seguir juntos, con mis mejores deseos en esta Navidad y un maravilloso 2022.
¡Salud!
No Comment! Be the first one.