El secreto de esta San Juanito es simple: experimentar en el proceso y amar el viñedo
Querétaro, el quinto estado menos extenso del territorio nacional, se ha distinguido en la industria vinícola por su ubicación, terruño y clima, ganando reconocimiento por sus vinos premiados, enoturismo y derrama económica. Cuenta con más de 600 hectáreas de viñedos y varios proyectos enfocados en el vino, que incluyen una oferta académica y profesional, bodegas apasionadas por esta bebida y propuestas turísticas impresionantes. Este es el caso de San Juanito Vinícola.
Este estado, destacado por ser cuna de pueblos indígenas, es también el hogar de uno de los monolitos más grandes del mundo: la Peña de Bernal. Aquí, en las faldas de esta formación rocosa con más de 8.7 millones de años, se encuentra un viñedo que desafía la conocida franja del vino con su altitud y clima semiárido. Se trata de San Juanito Vitivinícola, una bodega que ha capturado en sus etiquetas la esencia de esta región única.
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Enfocados en salir de lo convencional, han abrazado la idea de crear un gran vino en un espacio tan peculiar, pues además de contar con la característica mineralidad del suelo y una sensación térmica que cambia durante el día favoreciendo el crecimiento de la vid, la vinícola está localizada en la peña, considerada por las culturas del Valle de México como la puerta de entrada a un territorio sagrado.
Un campo extraordinario
Llevados por su profunda pasión por el vino, en San Juanito han experimentado con las varietales plantadas, las prácticas entre vides, los métodos de vinificación y los ensambles de cada etiqueta, lo que ha resultado en un proceso de aprendizaje creativo y emocionante. Esta libertad en la elaboración los ha llevado a obtener premios internacionales y la atención de todo amante del vino.
Su amplia dedicación en el campo está plasmada en cada botella, por ello observan y trabajan para que las uvas sean de la mejor calidad desde el inicio. Cada paso está pensado para garantizar las características organolépticas del fruto y superar cualquier obstáculo que se presente por las diferentes condiciones anuales.
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Este proyecto que comenzó en 2011, es hoy un infaltable de la cava mexicana y presume con orgullo su reconocimiento Carbono Neutral, un esfuerzo que demuestra el camino sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Actualmente sus vinos reflejan este sello que habla de las soluciones enfocadas en mejores prácticas para una mejor y más duradera industria vitivinícola mexicana, siendo el primer vino distinguido por la Plataforma Mexicana de Carbono.
El plan para implementar más acciones enfocadas en el cuidado ambiental dentro de la bodega no acaba ahí, el equipo tiene como meta crear un sistema de reutilización de botellas de vidrio para tener una relación más amigable con la tierra de la que proviene el mismo producto.
Otra parte del éxito de sus vinos es la transparencia al trasmitir las singulares características del suelo. Situado en un terroir muy especial, el suelo de esta región está compuesto por una mezcla granítica que ayuda al drenaje y a la concentración de minerales que resultan en la complejidad y el carácter distintivo de los vinos. Así, entre el suelo y el clima, los vinos se expresan genuinamente de su origen.
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San Juanito ofrece una amplia gama de estilos y varietales para toda ocasión, comenzando con su refrescante rosado elaborado mediante sangrado de uvas Malbec al 100%, su interesante ensamble Syrah que ha pasado 13 meses en barrica y las divertidas burbujas del espumoso Brut, cada gota salida de la bodega promete una experiencia diferente.
Arropado por la peña, el viñedo cuenta una historia de esfuerzo y cariño a la vid, un relato que no sería posible sin esta formación natural que yace protectora de los vientos intensos del municipio. La representación de este paisaje en la etiqueta permite valorar las distintas zonas vinícolas del país, la gran variedad de suelos en los que nacen esos vinos que encarnan a México y la extraordinaria labor agrícola.
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