Valdubón es una bodega que, desde 1997, produce vinos con calidad, cuidado y visión a futuro, todo desde la zona sur de Ribera del Duero.
Las decisiones enológicas las toma Javier Aladro, un andaluz que desde hace ya algunos ayeres, dejó las cálidas tierras de su natal Jerez por los terruños del Tempranillo.
Para él, la máxima en su vida es seguir aprendiendo, y lo hace a través de la enología: “Cuando crees que ya sabes todo llega otra vendimia y con ella, uvas nuevas a la puerta. Al final, aprender es lo que nos mantiene jóvenes”, asegura el enólogo.
Durante su estancia en Ribera del Duero, Aladro ha aprendido a trabajar la Tempranillo y a entender el terruño en donde le toca vinificar, sin desviar su atención de las tendencias que cada día son más evidentes y que empujan al enólogo a considerar nuevas formas de vinificar.
“Lo que caracteriza a los vinos de Ribera del Duero es el suelo, extremadamente pobre y con poca materia orgánica”, nos cuenta Aladro, “aquí llueve muy poco, entonces la viña sufre mucho. El grano es pequeño comparado con el de otras regiones de España, y como el tanino y el color están en las pieles de la uva y necesito más uvas por litro de vino -porque son más pequeñas-, el resultado serán vinos de mayor intensidad de color. Otro punto a considerar es el clima, que es muy malo para un andaluz como yo; aquí hace mucho frío, pero las temperaturas nocturnas son muy bajas y las diurnas son muy altas: alcanzamos un diferencial térmico de hasta 30 grados. Dado que con los fríos de la noche la uva no se oxida, tenemos vinos con una mayor carga de fruta. Además, intervienen las prácticas culturales; aquí los rendimientos son muy bajos porque buscamos buena concentración, color y tanicidad. En resumen, si tenemos una uva concentrada por el suelo y el clima que favorecen la concentración, y prácticas culturales que también la favorecen, tendremos uvas ideales para vinos de guarda”, explica.
Mientras que Aladro ha aprendido a trabajar con la uva que el terruño le brinda, también ha estado al pendiente de las tendencias y las preferencias de los nuevos consumidores: “Si miramos hace 40 años, los vinos eran zumo de madera: entre más alcohol, se consideraba que el vino era mejor. Pero si tienes mucho alcohol y mucha madera se cubre lo principal, que es la uva. Hoy, el consumidor premia lo contrario: busca sensaciones y que nada oculte lo principal; ahora las maceraciones se prefieren más cortas y las barricas se usan con tostados medios para que sean complemento de la fruta. Y, por supuesto, los blancos están de moda”, comenta.
La armonía de Ribera del Duero
“También la parte ecológica es imparable”, puntualiza, “así como todo lo que signifique una mínima intervención en los vinos. Nosotros ya certificamos nuestras bodegas como veganas, así que el siguiente paso es hacer vinos con sulfitos y sin filtrar. Esto ya no es una ola, es un tsunami”, afirma Aladro.
Valdubón es tradición, modernidad, producciones limitadas y todo el sabor de Ribera del Duero en una copa. Si bien los vinos de esta DO significan los sabores que ya conocemos, para Aladro la tradición también existe en el futuro.
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