Todo lo que toca Grupo Carolo, lo vuelve oro, y es que la pasión, la calidad y su cuidado servicio, son la constante en sus exquisitos centros de consumo.
De los Blancos, Castelar es el hermano chiquito, pero que en muy pocos años ha conseguido igualar el éxito de Colima, con una propuesta sólida y una ubicación envidiable en pleno Polanquito.
Por sí misma, la arquitectura es motivo de visita. La preciosa Casa Domit -diseñada por Shafick Kaim, que lo alberga y que data de los años 40-, fue Estudio 240 la firma encargada de enlazar la profunda historia de la propiedad con un estilo mucho más moderno y elegante, consiguiendo un spot irrepetible, tan acogedor y al mismo tiempo, lleno de luz.
En Blanco Castelar el apapacho llega a la mesa en forma de alcachofas asadas para abrir apetito, una muestra clara de dos pilares grandes de su filosofía: la hospitalidad es primordial y la calidad del producto, esencial. Menos es más, y se agradece. La cocina, siempre rica y con el sello del reconocido Gerard Bellver, aprovecha la influencia de las técnicas europeas y la frescura de los ingredientes mexicanos; esta sinergia resulta en un menú que se antoja -y disfruta- de inicio a fin.
Nuestra recomendación es guiarse por el antojo, pues cualquier elección será garantía, pero no podemos dejar pasar la oportunidad de mencionar el pescado a la sal, el roll de jaiba suave y un fondant de manchego y parmesano para los postreros; los tres aseguran la promesa de un espectáculo en la mesa.
Entre las muchas cosas que nos gustan de Blanco Castelar están sus distintas salas, barras, así como sus privados y recovecos; esta casona ofrece el espacio que se adecua perfecto al mood con el que se visita, así que también vale la pena tenerlo en mente para compartir algunos drinks o disfrutar una copa de vino con muy buena compañía.
¡Lo amamos!
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Blanco Castelar
Av. Emilio Castelar 163,
Polanco, CDMX
@blanco_castelar
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