Si los laboratorios de Química de mi secundaria hubieran sido como el de FO+MA, jamás me habría ido a examen extraordinario.
Al entrar a FO+MA, de inmediato se siente un ambiente de pulcritud, orden e intención. Pero esta limpieza no es estéril (¿cómo va a serlo, si en la playlist del lugar figuran éxitos dosmileros emotivos y nostálgicos como Toxic de Britney Spears?). Quizá esta sensación de orden tiene que ver con la planeación del lugar. Cada barra, cajonera, lámpara y, por supuesto, el laboratorio que se alcanza a ver al fondo del bar, fue pensado para hacer de este lugar uno funcional. Nada está en su sitio por destino o azar; prueba de ello son las luces de la barra, que se acomodaron para destacar tu trago: la foto perfecta para tus historias de Instagram.

Aquí, el orden viene de la experiencia de Po Tsai, administrador de bares en Fresno, California, así como de José Olivares y David Rocha, que trabajaron en Handshake. Los tres socios sumaron sus conocimientos para montar FO+MA, un bar que explora nuevas formas de interpretar ingredientes, culturas y tendencias a través de la experimentación constante.
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Desde la barra de FO+MA puedes observar cómo se preparan los cocteles. El equipo, que tuvo un mes de capacitaciones constantes antes de la apertura del bar, se mueve con gracia y destreza -gracias a su profesionalismo pero también a las clases de ballet que tomaron para aprender a moverse con garbo-. Y ahí desfilan drinks que constatan que el trabajo de laboratorio, las tendencias y las influencias culturales se pueden probar.

Los tragos cumplen con una condición que, aunque importante, es inusual: atraen a la vista, y no decepcionan en la nariz ni en el paladar. Aquí hay perfiles para todos los gustos, desde los drinks ligeros hasta aquellos más alcohólicos, secos o dulces.
Empezamos probando el Lamington, servido en un vaso largo, y hecho con vodka, chocolate blanco, frambuesa, coco y CO2. Un trago balanceado, refrescante y ligerito (¿necesitas una excusa para el day drinking? aquí la tienes).
Seguimos con Isla Bonita -suena la voz de Madonna en mi cabeza-, con mezcal, vainilla, café -que destacaba especialmente en nariz-, piña y maracuyá. Después probamos Alotta’-Butta’, el coctel que le hace honor a su nombre por estar hecho con ron añejado en mucha, pero mucha mantequilla, y que se complementa con caramelo y sal.

Finalmente, la versión de FO+MA del martini, Good Sex, una mezcla de gin con aceite de oliva, salmuera de aceituna, vermut bianco y aceite de chile, que llega a la barra con la promesa de ser como el buen sexo: mojado, sucio y picante. Y permítanme decir que este trago cumple.
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La carta de alimentos está en crecimiento, pero por lo pronto no te puedes perder las dos opciones que tienen disponibles y que sirven para picar algo mientras disfrutas tu trago. Por un lado, el FO+MA Bread & Butter, un brioche con miel de miso, mantequilla de ron y aceite de oliva con gin. El pan es de Gala, de Eduardo García (Lalo!). Además, para elaborar este plato se usan elementos de tres cocteles, con lo que se evita el desperdicio. La otra y muy monchosa opción es el bao de harina que se sirve con miel de miso y se rellena con chicharrón de la Ramos.

Auguramos un futuro brillante para FO+MA, no solo por sus cocteles bien ejecutados y su espacio ideal para pasar un buen rato, sino porque se nota que, desde su concepción, fue creado para el éxito pero también con intención y corazón. Dentro de estas paredes hay un gran equipo, un gran diseño concebido por los mismos fundadores y la misión de hacer que cada coctel cuente una historia.
FO+MA
📍San Luis Potosí 37, Roma, CDMX
@fomabar.mx
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