Alella, además de ser una Denominación de Origen más pequeña de esta provincia española, es una de las menos conocidas. Te contamos sobre esta parte de Cataluña
De cara al mar mediterráneo, con una baja altitud, bastante sol y a pocos minutos de Barcelona, Alella es una denominación de origen en la que además de tintos y cavas ofrece sus blancos distintivos de la variedad Pansa Blanca o Pansal, que es el nombre local de la Xarel.lo (llamada así en el resto de Cataluña).
No son muchas bodegas las que se ubican aquí, debido a la extensión y a que está bien delimitada por la comarca del Maresme principalmente. Alta Alella es una de las bodegas más relevantes de la zona y que tiene presencia en México.
Otro factor que la hace diferente es su suelo de sauló que es un tipo de granito fragmentado que sólo se ubica aquí, que ayuda a drenar el agua y que además aporta la personalidad mineral y fresca de los vinos.
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La cercanía al mar y la influencia de las brisas marinas ayudan a moderar las temperaturas y a prevenir las heladas. Adicionalmente el mediterráneo ayuda a que los inviernos sean suaves y los veranos cálidos.
Aunque la oferta incluye vinos tintos de Garnacha, Merlot y Cabernet Sauvignon, los cavas, aunque pocos, son de gran calidad por utilizar la local Pansa Blanca.
Por ejemplo, en la bodega Alta Alella también se nota un regreso a tanques de concreto y a los tanques en forma de huevo para proporcionar una fermentación más suave.
El resultado son vinos que tienen gran potencial de guarda que se evidencia dentro de las bodegas, al tener espacios donde se resguardan algunas añadas. Al ser producciones pequeñas no es necesario que estos espacios sean grandes, además de que la demanda por esta pequeña denominación ha crecido.
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La viticultura en Alella tiene una larga tradición que se remonta a la época romana. Durante la Edad Media y el Renacimiento, los vinos de Alella eran apreciados en la corte de Aragón y, más tarde, se convirtieron en uno de los vinos favoritos de la burguesía barcelonesa.
En 1956, Alella obtuvo su denominación de origen, lo que ayudó a preservar y promover la calidad y el prestigio de sus vinos. Hoy las nuevas generaciones han retomado el control de bodegas y han impulsado la viticultura que hace unas décadas estaba un poco olvidada.
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