📸: Nizaguiee Hidalgo
De las cualidades envidiables de una vinícola, Chene Bleu las tiene todas: el viñedo se asienta en una propiedad de 1100 años de antigüedad, y a esa historia se le suma el gusto por la vitivinicultura tradicional de Nicole y Xavier Rolet, los propietarios de la vinícola, quienes han logrado el balance entre las prácticas tradicionales y la incorporación de tecnología en la producción de vinos de máxima calidad, mientras que llevan a cabo prácticas agrícolas biodinámicas, sustentables y regenerativas: “el cuidado por el medio ambiente es uno de nuestros principales objetivos desde hace 25 años, antes de que la tendencia fuera un hashtag”, comenta Nicole.
Los vinos Chene Bleu se producen en una propiedad llamada Domaine de La Verrière, que yace en un lugar privilegiado en Crestet, al noreste de Avignon: “Xavier estaba buscando un terreno poco común para fundar la vinícola”, explica Nicole, “quería un ambiente que no hubiera sido contaminado con fertilizantes. Encontramos una zona muy especial con poca densidad de población, pero en muy malas condiciones. Nos tardamos 12 años en arreglar la propiedad antes de producir el primer vino”, explica Rolet.
En esta zona, dos placas tectónicas se juntaron; una se acomodó debajo de la otra para exponer una gran diversidad de suelos. Para sobrevivir, la vid debe hacer raíces muy profundas, accediendo así a los suelos más antiguos. Es por eso que los vinos de Chene Bleu tienen un sello excepcional de mineralidad.
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Para los Rolet, la agricultura y el vino son una combinación conservadora, pero que expone oportunidades de probar cosas nuevas y elegir qué se quiere conservar de la tradición. Es bajo esta filosofía que vinifican sus cinco etiquetas.
Aliot
Este Roussane añejado en barricas es perfumado y poderoso. Debe su nombre a Aliot de Montuin, un soplador de vidrio que compró la propiedad en 1427 y que la nombró como La Verrière. Se trata de un vino amarillo oro con notas a lima, anís estrella, almendras tostadas, pan y miel. En boca su acidez fina acompaña la elegancia y la mineralidad.
Viognier
Este vino, dorado y brillante, tiene una nariz robusta y notas a pera, durazno, almendras y pan. En boca es suave y refrescante.
Le Rosé
Esta mezcla de Syrah y Grenache obtiene su color luego de dejar reposar los hollejos con el mosto; también así se obtienen la textura y el carácter de la variedad. Este vino tiene una nariz rica e intensa y notas a frambuesa, toronja, lima y flores. En boca se presenta balanceado y fresco.
Abélard
Este tinto, hecho a partir de Grenache, lleva el nombre de un importante teólogo y filósofo que tuvo un romance ilícito con su discípula, Héloïse. Abélard tiene aromas a frutos rojos, cerveza, especias y moca. En boca los taninos se presentan suaves y se siente profundo y estructurado.
Héloïse
La discípula de Abélard no se podía quedar sin su vino. Así, la pareja, que mantuvo su relación a la distancia y a través de correspondencia, podrá estar junta simbólicamente. Héloïse es una mezcla de Syrah con Grenache y Viognier. Tiene notas a especias, ciruela y trufa; es corpulento y con taninos sedosos.
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