@mana_sommelier nos cuenta todo detrás del proyecto de Casa Rojo, una etiqueta que desafía los límites del mundo del vino
Queridos amigos: como saben, siempre les traigo las últimas noticias y tendencias de lo que acontece en la industria del vino en España. Hoy no es la excepción: les presento la bomba absoluta; algo nunca hecho, una propuesta desafiante de la mano de Casa Rojo, una bodega totalmente innovadora.
Seguramente estas letras causarán incomodidad a los puristas del vino, pero si te encanta probar cosas nuevas y conocer proyectos que desafían los límites y están llenos de calidad, de amor y de un trasfondo increíble, este artículo te va a encantar.
Casa Rojo es una bodega que, pese a su corta edad, ha hecho cosas maravillosas, y en esta ocasión no es la excepción con la fusión de sus dos proyectos vitivinícolas: Ribera del Duero y Murcia. Un vino que une en proporciones iguales en un 50% la increíble Monastrell y el espectacular Tinto Fino.
¿Y por qué fusionarlos? Una respuesta muy sencilla: todo mejora cuando se complementa a la perfección entre sí, y esto es lo que pasa con estas dos variedades.
Hace mucho tiempo, enamorados por el Tinto Fino, los propietarios de Casa Rojo se embarcaron en una nueva aventura en Ribera del Duero, viendo finalmente la luz en Curiel de Duero, donde tienen su segunda casa, pero sus primeros pasos los dieron en Murcia, con la interpretación de la Monastrell, la uva que los vio nacer y a la que han dedicado incasablemente todo su esfuerzo para lograr la máxima calidad, misma que se ve reflejada en un vino frutal, balsámico y especiado.
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Ahora han seleccionado una partida de su tinto fino en la Ribera del Duero y una partida de su Monastrell murciano para elaborar algo especial, diferente, único e irreverente, al igual que delicioso. El coupage perfecto, donde se complementan la potencia y la finura.
El equilibrio perfecto entre la robustez y los taninos del Tempranillo complementada por esa nota golosa y tan femenina que le aporta la Monastrell. Un vino sumamente fresco, armonioso, vibrante y con cuerpo.
El nombre de esta etiqueta es Viñas Bastardas, y se caracteriza por su inmensa carga de fruta roja envuelta con notas de cacao, torrefactos y cueros finos. En boca tiene una buena acidez que abona a la sensación de frescura y un punto goloso en mitad de la cata que te invita a dar otro traguito. Y, por si fuera poco, el nombre del vino es fenomenal: nacido fuera de los cánones y estereotipos.
En resumen, Viñas Bastardas traspasa fronteras, une dos regiones y dos maravillosas uvas creando un vino que captura totalmente la esencia de ambas.
Salud y saludos desde las viñas españolas.
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