Café, té, chocolate, agua… hay muchas bebidas que forman parte de las culturas del mundo pero en distintos países de Sudamérica, el mate va más allá
Hablar de mate es remitirnos al encuentro de dos mundos, a tradiciones, convivencias y rituales; esta bebida no representa solamente el inicio de un buen día, con ella muestras afecto y haces que los otros formen parte de un momento especial, además, con cada sorbo el cuerpo se llena de diversos nutrientes.
Aquí quiero contarte de las bondades del mate, esta infusión descubierta por los guaraníes y que se ha vuelto imprescindible en países como Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y algunas zonas de Chile y Bolivia.
Un ritual centenario
Hace cientos de años, en el noreste de lo que hoy es Argentina, habitaron los guaraníes, esta comunidad fue la primera en consumir las hojas de un arbusto cuyo nombre científico es Ilex Paraguarensis Saint Hilaine, y a la que coloquialmente conocemos como yerba mate.
Por aquellos ayeres, la manera de elaborarlo era muy distinta a la de hoy en día. Lo primero que hacían era masticar las hojas para filtrar, entre los dientes, el líquido que salía de ellas y después hacían una infusión en frío. Hasta este punto todavía no la llamaban mate, este nombre se dio tiempo después cuando comenzaron a servir la bebida en unos cuencos de calabaza -que también usaban como vajilla- a los que los quichua denominaron “mati”.
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Este cuenco lo iban pasando de mano en mano y con la llegada de los jesuitas españoles, comenzaron a modificar el proceso de elaboración, aunque compartir el mate de esa forma no cambió mucho en terrenos argentinos.
Actualmente, la yerba mate debe someterse a calor para perder humedad, fijar la clorofila que posee y concentrar sus propiedades. Después se seca a altas temperaturas, se pasa por la primera molienda, la cual reposa entre 6 y 15 meses, hasta que dan el molido final para poder comercializarla.
Las virtudes de su elaboración
Preparar una infusión de mate es comenzar un ritual, es otorgar ese respeto y amor hacia la bebida. Lo primero que se debe hacer es tener los utensilios adecuados: guampa o mate (recipiente con forma de calabaza) y bombilla (popote de metal que posee un filtro en la parte inferior para atrapar las hojas y ramas del mate); después, elegir el tipo de mate preferido es crucial, en este sentido existen aquellos que son dulces, amargos o cocidos, y para darle un twist, en ocasiones se agrega cáscara de naranja o alguna hierba aromática.
Para prepararlo, la guampa se llena con agua caliente y las hojas del mate seleccionado, se dejan reposar y después se utiliza la bombilla para disfrutarlo.
Debo decirte que el sabor del mate para nosotros los mexicanos, muchas veces no es tan sencillo de aceptar, ya que es intenso y herbal, sin embargo, una vez que lo adoptas lo amarás por siempre. Además, con cada sorbo provees a tu cuerpo de antioxidantes, potasio, vitaminas, aminoácidos y además, de acuerdo con un estudio de Universidad de Illinois en Estados Unidos, aumenta el colesterol bueno y acelera el metabolismo. Todo ello gracias a los estimulantes que posee como la cafeína, teobromina y teofilina.
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Pero recordemos que el mate va más allá de su historia y preparación. En distintas partes de Argentina, por ejemplo, todos los días se consume mate con amigos y familia, es un momento de respeto desde que se comienza a preparar para disfrutar con los seres queridos; mientras que en Uruguay, es como una extensión del cuerpo, no pueden salir sin él.
El mate es una bebida única, llena de matices, es un brebaje que se comparte, que encierra conversaciones profundas o divertidas, secretos y afecto de todos aquellos que se reúnen alrededor de él.
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