Si California fuera un país, produciría por sí solo más vino que Argentina, Chile y Portugal, únicamente por debajo de los tres países de mayor tradición vitivinícola.
Sergio González, sommelier
Basta con dimensionar que el 81 % de todo el vino que Estados Unidos produce, proviene de California. Satisface su demanda doméstica, donde dos de cada tres vinos que se consumen en la Unión Americana son nacionales, y sólo uno, importado.
Este volumen se complementa con una inmensa diversidad de variedades de uvas, estilos, microclimas y suelos disponibles, para dar vida a algunos de los vinos más buscados en el mundo, en tres principales zonas de producción: Lodi, Sonoma, y el mundialmente reconocido Napa Valley.
Lodi
En Lodi, las vides centenarias producen los mejores Zinfandel, con una profundidad de fruta difícil de igualar en otras latitudes. La expresión y la elegancia que alcanza un viñedo con la edad es verdaderamente perceptible en copa, mientras que en nariz y paladar se confirma. Cuando se habla a nivel mundial de vides viejas, suele referirse a aquellas de 50 o 60 años, pero en Lodi superan el siglo de existencia. Vides ancestrales, es un término que exclusivamente alcanzan viñedos como Bechthold Vineyard, con más de 136 años y una exquisita producción. Este viñedo es un must, al igual que Michael David Winery, Rous Vineyards, y el increíble Grenache Blanc de Klinker Brick.
Sonoma
Complacer al paladar es sencillo, nada como el refinamiento y la clase de Sonoma y sus impecables Chardonnay, y mi favorita, Pinot Noir. Con áreas de viticultura americana (AVA) tan reconocidas como Russian River, producen vinos de clase mundial en una región de clima fresco perfecta para la expresión de estas cepas que tanto se benefician de la fría influencia del océano Pacífico.
Aquí, el nombre del juego es elegancia, sin contar su incansable vocación de cuidado del medio ambiente, lo que apuntala a la región para convertirse, en el corto plazo, en la primera AVA 100 % sustentable. Algunos de sus más recomendables ejemplos son: La Crema Winery, Francis Ford Coppola Winery, Pellegrini-Olivet Lane, y claro, los clásicos Silver Oak y Twomey Cellars. No hay que perderse a Schug Carneros Estate Winery en la AVA más fría del estado, probablemente uno de sus mejores vinos.
Napa Valley
Para terminar esta recta dorada del vino californiano, es imperdible visitar Napa Valley para conocer la esencia de la vitivinicultura en su máxima expresión. Podemos encontrar desde los más refinados y minerales Sauvignon Blanc, hasta su cepa reina Cabernet Sauvignon, con carnosos y opulentos ejemplares que rivalizan con los mejores Cabs del mundo, es un hecho. Pine Ridge Vineyards, Raymond Vineyards, Spottswoode Winery, así como Frog’s Leap, son maravillosos y sin duda toda una experiencia para visitar, Trefethen Family Vineyards y Matthiasson.
Un verdadero paraíso enológico que no deben posponer más para conocer y experimentar su impecable gastronomía, junto con algunos de los mejores vinos del mundo.
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