La complejidad de las ale con la frescura de las lager. Te contamos todo sobre la cerveza Kölsch
Las cervezas Kölsch, un estilo poco conocido pero que no le pide nada a tu cerveza favorita, tienen su origen en la ciudad de Colonia, en Alemania.
Es de los pocos ejemplos cerveceros en el mundo que cuentan con Denominación de Origen, y existen solo poco más de 20 cervecerías en Colonia que están autorizadas para producirlo. Pero, por supuesto, cerveceros de todo el mundo lo han recreado, dándonos interpretaciones del estilo en todas las latitudes.
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Las cervezas Kölsch comenzaron a producirse a finales del 1800, pero están protegidas desde 1986. Y así como en Colonia se protege su producción, también su servicio, pues deben llevarse a la mesa en vasos tipo Stange, que son rectos y con una capacidad de 200 mililitros.
Las cervezas Kölsch son refrescantes y balanceadas entre los aromas a malta y frutales. Se trata de una cerveza híbrida, pues se fermenta a temperatura alta y con levaduras de ale, pero al final de su fermentación se baja a temperatura de una lager.
El resultado es una cerveza ligera y bebible, características esperadas de una lager, pero con la complejidad de una ale.
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Si quieres probar un ejemplo alemán súper tradicional, no te pierdas la Reissdorf Kölsch de Reissdorf Brauhaus, una de las kölsch más vendidas del mundo.
Para expresiones estadounidenses, te recomendamos la Clearwater Kölsch, de Captain Lawrence Brewery’s, que está hecha con agua local de Nueva York.
Y, como ejemplo mexicano, prueba la Colonial, de la tapatía Cervecería Minerva.
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